martes, 22 de noviembre de 2011

Corazones y Cabezas

Entender, creer y sentir son tres conceptos completamente distintos pero que el contexto social que nos rodea actualmente está programado para vivirlos como si fueran la misma cosa y para muchos de nosotros ha significado un obstáculo en nuestro camino por la vida, pues de pronto nos enfrentamos a una mezcla de estos tres factores, como puede ser creer sin sentir, sentir más allá de la creencia y el entendimiento, no querer creer por no entender a pesar de sentir, y demás posibilidades que nos llevan a un punto que dependiendo de la situación puede ser liberador o conflictivo, donde decimos “estoy en un dilema”.

Por contexto social general, el ser humano de hoy en día vive dando preferencia a la creencia, el entendimiento y la experiencia. Tiene más validez uno por haber estudiado más que por haber hecho, la técnica le gana a la intuición, sin embargo hemos olvidado algo muy importante, que es escuchar a la naturaleza, y con esto no me refiero nada más al ecosistema, a la tierra, a los árboles y al viento, sino a nuestro propio cuerpo y sus mensajes. Nos quejamos de dolores, enfermedades, incomodidades, golpes, que sanamos con una medicina recetada o no, pero quizá si hacemos conciencia nos podemos dar cuenta de que muchas de esas dolencias no se originan en un desajuste químico ni la entrada de un ser distinto a nuestro cuerpo, sino que esa es la reacción ante algo que nos pide cambiar. Así como cuando estamos sentados chuecos nos empieza a doler la espalda y nos tronamos, de nada sirve si volvemos a sentarnos igual.

¿A qué viene esto? La neta es que ese rollo que me eché viene de un mensaje que llegó a mi cabezacorazón ayer en la noche mientras manejaba, un repentino entendimiento de mi pasado y mi presente. Me di cuenta de que los dolores de cabeza, espalda, gastritis y demás dolencias que ahora se van, eran la forma de mi cuerpo de decirme “no estás siendo tu mismo”. Al verme forzado a estar en un punto que fuera socialmente aceptable, con aspiraciones económicamente seguras, ortodoxas y lo peor, callando la voz del espíritu universal que vive en el corazón de cada uno de nosotros, eventualmente la olla express estallaría. Hoy, hago las cosas por que quiero, me acepto como trabajador de luz, digo la verdad sin que duela. Y ya no duele.

Es importante por eso aprender a sentir. Seguir el camino de la razón es el paso de un esqueleto viejo que hoy se está resquebrajando, pues cumplió su misión pero se niega a morir, muriendo así, pues si lo aceptara, entonces renacería como una nueva tierra llena de sorpresas. Hay que buscar esa vibración, hay que escucharnos y sentirnos, pues tenemos las herramientas para ser luz. Sólo hay que saberlo.

Max

211111

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